Desde el 24 de julio del 2019, nos han separado 27 meses de grandes retos, los que se han ido superando con mucho aprendizaje y mucho desaprender. En el II Congreso EduPaz nos inspiramos en “Humanizar la Vida”, con la esperanza de iniciar un camino juntos y juntas que definieran un trabajo armonizado entre actores y sectores, con la intención de vernos acompañados y ser capases de superar los desafíos que en ese entonces habíamos definido. ¿Qué tan lejos de la realidad habíamos estado?
Jamás iba a imaginar que pasaría tanto tiempo para volvernos a encontrar, para abrazarnos y compartir nuevamente en este espacio. Ha sido un camino muy difícil, bastante duro y aunque lo veo con optimismo, quisiera decirles que sigo sin entender muchas cosas, las que aún causan lágrimas en mis ojos. Parece que el universo nos iba anunciando que debíamos de estar preparados para humanizar aquellos gestos cotidianos como saludarnos de mano, beso y abrazo. Poco ha sido lo que hemos aprendido, poco ha sido lo que hemos expresado y poco ha sido, todo.
Este tiempo no ha dado tregua, ni a padres, ni a madres; a hijos que se adelantan a sus padres, abuelos y abuelas que en pausa su corazón o sus pulmones y se van sin despedirse, hermanos y hermanas que encomiendan a sus hijos, hermanos que han adoptado a sobrinos como hijos, hermanos a otros hermanos, desconocidos se convierten en amigos y así, se abre un circulo de silencios, apoyos y duelos que arden el corazón. ¿Qué tan sencilla debe ser la vida para ser humanizada? ¿Tan poco cambia la vida, como para que se vayan sin decir adiós? ¿Tan difícil tiene que ser encontrar la paz?
Hoy más que nunca nos convoca la esperanza, y desde este espacio, hago un llamado a ser solidarios, con las batallas que cada persona lleva en sus pensamientos, sentires y comportamientos. Ustedes, aquí presentes representan a comunidades, pueblos y naciones, a sus familias que son el ser, vivir y existir de la acción inspirada por la paz, del entusiasmo y las ganas de que la vida pueda ser mejor. Aunque nuestra convocatoria es a celebrar el encuentro y a motivar el desarrollo del III Congreso EduPaz, quiero pedirles que hagamos un recordatorio y puestos de pie, honremos la vida de quienes han sido parte de nuestro caminar, de las personas que nos han inspirado y nos han motivado a seguir de frente, aunque nos duela que ya no estén con nosotros. Les pido que les pronunciemos desde nuestro corazón, porque al pronunciarlos los llamamos a la existencia y en muestra de agradecimiento, honramos la vida.
El corazón está puesto en el centro de este Congreso. No es un corazón cualquiera. Es el corazón bondadoso, amoroso y más sensible que he conocido. Este corazón que amó, sirvió y perdonó, es tan grande y lleno de virtudes que no cabía malicia de sentimientos, jamás tuvo intenciones negativas para expresar su preocupación, su deseo de bienestar y su deseo de cuidar, proteger y su entusiasmo por ver feliz a sus seres amados.
Alfonzo Gamboa
Presidente y Representante Legal DiverArte Guatemala
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